El surgimiento de los gobiernos de tendencia de izquierda usualmente agrupados bajo el nombre de marea rosada durante la primera década del siglo 21 ha vuelto a poner en cuestión el problema del Estado como agente revolucionario. Si en una época el establecimiento y consolidación del neoliberalismo y del capitalismo transnacional han permitido suponer que la capacidad del Estado ha sido reducida, estos gobiernos representan un reto teórico para evaluar la capacidad que todavía tienen o no los gobiernos. En este trabajo tomo una aproximación histórica a ese problema centrándome en cómo las personas que combatieron al Estado en distintos momentos (Cuba, Perú, Venezuela) conceptualizaron el Estado a través del análisis de textos producidos por los mismos combatientes, y también películas, documentales y novelas que representan y critican o juzgan esos intentos insurgentes centrándome siempre en el concepto del Estado. A partir del análisis he descubierto cómo los movimientos sociales estudiados han tenido una relación conflictiva con el Estado como concepto; en un principio, mirándolo como un ente integral, monolítico y cerrado, basado en una concepción religiosa del poder bajo el cual el Estado ocupaba el lugar de dios; posteriormente, busco momentos en que puede entenderse que esa visión integral del Estado como enemigo a combatir presenta fisuras, al ya no ser visto como ente integral. Lo que llamaré secularización de la actividad política termina siendo de esa manera en un proceso de des-secularización que nos lleva a pensar que la actividad política ya no se encuentra en el Estado por sí mismo, pero sí al avance hacia nuevas formas de política que encuentran ejecución en espacio y acciones determinadas.